En una época donde la sustentabilidad del planeta es en un tema de importancia para la sociedad, no es raro que salgan a la luz más términos relacionados al reciclaje. Esta vez, la industria de producción es quién se relaciona directamente con estas tendencias importantes para la humanidad.
Tal vez muchos no lo hayan escuchado, pero existe algo llamada “economía circular” y es una estrategia que consiste en reducir la entrada de materiales de producción de desechos vírgenes cerrando así los flujos económicos y ecológicos de los recursos.
Si antes pensábamos en “producir, usar y tirar”, hoy la tendencia es diferente llegando a la ecuación de “producir, usar y reciclar”.
Eso es lo que pretende alcanzar la economía circular, aprovechar los recursos y minimizar la producción a lo indispensable, utilizando lo justo tanto en materiales como en procesos.
Hace un tiempo tanto la recolección y uso de los recursos como todo el proceso de producción e incluso la venta y consumo final eran vistos como una progresión directa e inevitable en el mundo de la industria.
Ninguna empresa se responsabilizaba por los desechos de los productos que producían, su única preocupación era seguir una economía lineal y avanzar ágilmente.
Esto llevó a una producción excesiva e innecesaria de desechos y materiales contaminantes que han llevado al planeta a un estado deplorable.
Sin embargo, hoy esto cambió y hay una mayor cultura de reciclaje, bien sea por un intento desesperado de enmendar los errores cometidos en el pasado o gracias al mayor acceso a la información que ha generado un nivel de conciencia importante.
De cualquier forma, hoy existen muchas prácticas y alternativas para dar una nueva vida a los desechos que salen de la producción de industrias.
Revolucionarios en la industria
Empresas como Hunter Douglas Chile consideran que los procesos de producción tienen tanta relevancia como el producto final en cuanto a temas ecológicos.
“Muchas veces las personas prefieren un producto porque resulta ser sumamente ecológico en su uso diario, pero desconocen bajo los procesos que fueron elaborados estos productos los cuales también pueden estar relacionados con la contaminación ambiental y producción de desechos”, explica Francisco Urrutia, gerente división WCP de Hunter Douglas Chile.
Con la economía circular la conciencia ecológica ha llegado a otro nivel, este modelo de negocios está cambiando la forma de medir la productividad.
Un país como Chile produce casi 420 kilos de residuos por habitantes al año, de ahí a que este sea un tema de gran importancia.
La economía circular busca reducir estos números al máximo dándole un mayor uso a los materiales biodegradables en la fabricación de productos de manera que estos puedan volver a la naturaleza sin causar daños medioambientales en cuanto acabe su vida útil.
Pero no siempre es posible crear productos elaborados 100 % con materiales eco-amigables, como las baterías, aparatos electrónicos y metales.
Por ello la economía circular también tiene el objetivo de facilitar un desacople sencillo a estos productos de manera que estos materiales puedan reincorporarse al ciclo de producción y componer nuevas piezas.
En los casos que esto no sea posible, siempre está la opción de reciclar de una manera amigable con el medio ambiente.
Un beneficio corporativo y social
Es común que en los modelos económicos tenga más importancia el dinero y las ganancias que el aspecto social y medioambiental.
Contrapuesto a esta teoría, la economía circular supone una mejora común tanto para las empresas como para los consumidores.
Reutilizar materiales y recursos es mucho más rentable para las empresas implicando un gran ahorro económico en los procesos de producción.
Esto, a su vez, influye en el precio final por lo que los consumidores también tienen el beneficio de percibir un precio accesible.
