Clase Azul México, la emblemática casa de lujo mexicana, ha lanzado su más reciente joya: Clase Azul Tequila Día de Muertos Edición Limitada Recuerdos. Esta entrega especial representa el cierre de la exitosa serie «Nuestros Recuerdos,» dedicada a resaltar la esencia y tradición del Día de Muertos. Con solo 10,000 botellas producidas, esta edición no solo es un tequila de calidad excepcional, sino que también es un homenaje a las costumbres arraigadas en la cultura mexicana, centradas en mantener viva la memoria de los seres queridos que han partido.
Desde su inicio en 2021, la serie Nuestros Recuerdos ha llevado a cabo un viaje sensorial anual, explorando distintos elementos que enriquecen la celebración del Día de Muertos. Las ediciones pasadas han estado dedicadas a atraer los sentidos: desde los sabores de la tradición, pasando por los colores vibrantes de las ofrendas, hasta los aromas que evocan los recuerdos. Este año 2025 culmina con un homenaje a los recuerdos que perduran, cerrando un ciclo de cinco años que ha explorado profundamente las raíces de esta festividad tan significativa en la cultura mexicana.
El maestro destilador Viridiana Tinoco ha creado un tequila añejo excepcional, que destaca por su proceso de maduración en barricas de whiskey americano y por la singularidad de utilizar agave cocido en horno de pozo tradicional. Este método ancestral ha aportado una complejidad sensorial que se traduce en catas inolvidables, donde los aromas de agave cocido y madera ahumada se entrelazan con toques de naranja y especias. Para Tinoco, cada trago es un viaje nostálgico a la cocina de su abuela, convirtiendo la tradición familiar en un tributo líquido a los momentos que permanecen vivos en nuestra memoria.
La presentación de Clase Azul Tequila Día de Muertos Edición Limitada Recuerdos es igualmente digna de admiración. La botella, elaborada en un elegante tono marfil, lleva la impronta de la artista Erika Rivera, cuya ilustración evoca una ofrenda tradicional y refleja la conexión emocional que la festividad tiene para quienes quieren recordar a sus seres queridos. Este arte no solo adorna la botella, sino que sirve de puente entre el ritual de la ofrenda y la memoria que se preserva con cada trago.
Además, cada licorera viene acompañada de un ornamento bañado en oro de 24 quilates, diseñado como un relicario que refleja la profunda tradición de la celebración. Este ornamento, que alberga un camafeo de obsidiana pulida, recuerda a los espejos que se colocan en las ofrendas para que las almas reconozcan sus propias imágenes. La meticulosidad en la creación de cada pieza asciende a más de 50 procesos artesanales, lo que la convierte en un objeto excepcional lleno de significado. Clase Azul Tequila no solo se limita a ofrecer un producto de lujo, sino que también se compromete con la artesanía y la cultura mexicana, haciendo de cada botella una verdadera obra de arte, reserva de historia y tradición.
