Muere Balkrishna Doshi, Premio Pritzker 2018 y autor de una arquitectura involucrada con la naturaleza y la vida

El arquitecto indio Balkrishna Doshi (1927–2023) colaboró con Le Corbusier y Louis Kahn. A lo largo de 70 años de carrera, construyó un lenguaje arquitectónico propio y poético, hasta convertirse en una de las figuras más relevantes de la arquitectura moderna y contemporánea.  “Su arquitectura influye a la humanidad de una manera profundamente personal, responsable…

El arquitecto indio Balkrishna Doshi (1927–2023) colaboró con Le Corbusier y Louis Kahn. A lo largo de 70 años de carrera, construyó un lenguaje arquitectónico propio y poético, hasta convertirse en una de las figuras más relevantes de la arquitectura moderna y contemporánea. 

Su arquitectura influye a la humanidad de una manera profundamente personal, responsable y significativa”. Con estas palabras empezó el comunicado emitido por la organización del Premio Pritzker cuando le concedió el galardón, en el 2018, al arquitecto indio Balkrishna Doshi, quien falleció este 24 de enero a los 95 años. 

La arquitectura es un cimiento creador de vida cuando está en armonía. En cualquier circunstancia estimula las sensaciones hasta su punto máximo, ya sean luz, espacio, forma, estructura, textura, color o ritmo, aumenta nuestras habilidades e incluso cataliza eventos y rituales”, compartió aquella vez el propio Balkrishna Doshi, en su discurso de aceptación del laureado premio de arquitectura. “La historia de mi vida ha sido fascinante. He evolucionado, reflexionado, cambiado, me he movido lentamente y he vuelto a ser uno, así como un río tranquilo fluye lentamente hacia el océano desconocido”, continuó el arquitecto, quien tuvo una carrera de más de 70 años. 

Una vida fascinante

Balkrishna Doshi nació en Pune, en la India, en 1927, en una familia involucrada en la industria del mueble por dos generaciones. Doshi comenzó sus estudios de arquitectura en 1947, el año en que India obtuvo la independencia. 

Trabajó con Le Corbusier en París entre 1951 y 1954, cuando regresó a la India para supervisar los proyectos del suizo en Chandigarh y Ahmedabad, que incluyen el edificio de Mill Owner’s Association (1954) y Shodhan House (1956), entre otros. 

A partir de 1962, Doshi también trabajó con Louis Kahn como asociado para construir el Instituto Indio de Administración, Ahmedabad, y continuaron colaborando durante más de una década luego de esa experiencia. 

En 1956 estableció su propio estudio en Vastu-Shilpa, Ahmedabad y posteriormente creó la Fundación Vastu-Shilpa para el diseño ambiental, así como fundó y diseñó la Escuela de Arquitectura y Urbanismo en Ahmedabad.

Ya antes de recibir el Premio Pritzker, Balkrishna Doshi había recibido reconocimientos como el Premio Aga Khan de Arquitectura; era considerado por muchos el mejor arquitecto de la India y, sin duda, una de las figuras más influyentes de las últimas décadas. Su lenguaje de diseño se basó en los principios de la corriente moderna, que vivió de primera mano, pero adaptadas con profunda sensibilidad a la tradición vernácula y el contexto indio, y atravesadas siempre por preocupaciones ambientales y urbanas.

Entre sus obras más relevantes pueden destacarse las viviendas sociales que diseñó en Indore (1983-1986), un proyecto urbano de gran escala en el que Doshi reinterpretó el concepto indio “otla”, que marca la transición de la calle a la casa con un cambio en la elevación o en el material; el Instituto Nacional de Tecnología de la Moda de Nueva Delhi (1991-1995), el Instituto de Maharashtra de la Administración del Desarrollo y la galería de arte subterránea Amnavad ni Gufa (1995), cuya estructura tipo cueva y columnas en forma de árbol constituyen una obra emblemática de Balkrishna Doshi.

Arquitectura poética

Un maestro en el manejo de la forma y la luz, Doshi ha dejado un legado indeleble”, reflexionó la revista AD India, con motivo de la partida del arquitecto. El obituario no solo resaltó su contribución a la arquitectura, arte, cultura y filosofía, también recordó con emoción su “entusiasmo infantil, curiosidad y humildad que tocaba a todos profundamente”. 

Arquitecto, pensador y maestro, Balkrishna Doshi tenía un enfoque ético y personal que no distinguió entre urbanismo, arquitectura y paisajismo, así como no separaba la experiencia humana del edificio. El propio Doshi aseguró que sus obras eran una extensión de su “vida, filosofía y sueños tratando de crear el tesoro del espíritu arquitectónico”. Su arquitectura cuestionó los conceptos de identidad y quiso descubrir una nueva expresión contemporánea “adoptada regionalmente para un hábitat holístico sostenible”. 


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