La reciente iniciativa legislativa que propone un permiso especial por duelo tras la pérdida de mascotas ha generado un amplio debate en la sociedad chilena. Esta ley, que fue aprobada en la Comisión de Trabajo de la Cámara de Diputados, busca modificar el Código del Trabajo para incluir en su artículo correspondiente un tiempo formal para que los dueños de animales de compañía puedan hacer frente a su duelo. Este avance no solo ha sido bien recibido por los defensores de los derechos de los animales, sino que también ha resaltado el profundo vínculo emocional que muchos chilenos mantienen con sus mascotas, considerado por muchos como un verdadero miembro de la familia.
El Dr. Rodrigo Díaz Muñoz, académico de la Escuela de Medicina Veterinaria de la Universidad Andrés Bello, recalca la importancia de este paso en el reconocimiento del vínculo humano-animal. Según estudios recientes, la inmensa mayoría de los propietarios de mascotas sienten que su bienestar emocional está estrechamente ligado a la presencia de sus animales en el hogar. El impacto que genera la pérdida de una mascota puede ser devastador, con efectos psicológicos similares a la muerte de un ser humano, lo que subraya la necesidad de crear espacios de duelo socialmente aceptados y legalmente respaldados.
La propuesta, aunque aplaudida por muchos, todavía enfrenta desafíos significativos. Queda por decidir aspectos concretos como la duración del permiso, la temporalidad para solicitarlo y si se requiere que las mascotas estén registradas oficialmente. Estos elementos son cruciales para garantizar que la ley cumpla su propósito de facilitar un proceso de duelo digno y respetado. Sin embargo, la discusión en torno a estos detalles no debería disminuir el impacto positivo que podría tener esta legislación en la salud mental de millones de chilenos que atraviesan la pena por la pérdida de sus compañeros de vida.
La percepción del duelo por la muerte de una mascota no siempre es comprendida por quienes no comparten una conexión similar con los animales. Muchos dueños se encuentran con la incomprensión social que minimiza su dolor. Esta falta de validación puede resultar en un duelo solitario, un fenómeno conocido como “duelo privado de derechos”, donde el proceso emocional no recibe el reconocimiento que merece. La implementación de un permiso especial por duelo podría ser una herramienta fundamental para fomentar una cultura de respeto hacia la experiencia emocional de quienes consideran a sus mascotas como parte fundamental de su familia.
El avance hacia el establecimiento de un permiso por duelo animal podría revolucionar la forma en que se aborda la relación entre humanos y animales en Chile. No solo representaría un reconocimiento legal y social del vínculo que compartimos con nuestras mascotas, sino que también podría ser un catalizador para una conversación más amplia sobre el bienestar animal y el impacto emocional que este tipo de relaciones tiene en la sociedad. A medida que continúa el debate legislativo, es esencial que la voz de aquellos que han visto su vida transformada por el amor incondicional de un animal sea escuchada y valorada.





