En el contexto social actual, los estudiantes de la jornada vespertina en la Universidad Santo Tomás de Puerto Montt juegan un papel crucial en la construcción de un futuro más esperanzador. La jefa de carrera de Psicología, Lorena Agüero Díaz, destaca la valentía y determinación de estos jóvenes, quienes, al finalizar su jornada laboral diaria, se dirigen a las aulas para continuar su formación académica. Estos estudiantes no solo persiguen un objetivo personal, sino que también se convierten en modelos a seguir para su entorno familiar y comunitario, inspirando a otros a perseguir sus propios sueños, sin importar las dificultades que puedan enfrentar en el camino.
Cada semestre, la experiencia de Agüero Díaz se enriquece al conocer las historias de sus estudiantes, quienes enfrentan sacrificios y desafíos en su búsqueda de una educación superior. Estos relatos son testimonio de la fortaleza de personas que, a pesar del cansancio y las responsabilidades que asumen, no se rinden en su deseo de proporcionar un mejor futuro a sus hijos. Agüero señala que estos estudiantes son mucho más que simples cifras en una lista; son individuos que ejemplifican el esfuerzo y la superación, mostrando que el deseo de aprender puede triunfar sobre las adversidades.
Según Lorena Agüero, estos estudiantes encarnan la idea de que «si se quiere, se puede», haciendo de su formación académica una prioridad. Para ellos, «querer» implica una serie de sacrificios: madrugar, planificar cada actividad del día y renunciar a horas de descanso. Al mismo tiempo, «poder» se traduce en una práctica constante de disciplina y resiliencia, construyendo la confianza necesaria para enfrentar los retos que se les presentan. A través de su compromiso, no solo enriquecen el ambiente educativo, sino que también comunican una poderosa lección a quienes los rodean acerca de la importancia de la educación.
Además de centrarse en su desarrollo personal, estos estudiantes de la Universidad Santo Tomás son agentes de cambio en sus comunidades. Con su esfuerzo, no solo mejoran sus perspectivas laborales, sino que se convierten en referentes de superación para otros. Lorena Agüero enfatiza que, a través de sus logros, inspiran a quienes los rodean a aspirar a más, a no conformarse con la situación actual y a buscar siempre un camino hacia el crecimiento personal y profesional. Su éxito es un triunfo colectivo, que impulsa un círculo virtuoso de progreso y motivación.
En un mundo que a menudo prioriza resultados rápidos y accesos inmediatos, Agüero Díaz subraya la relevancia del trabajo arduo y de la perseverancia. Los estudiantes de la jornada vespertina recuerdan a todos el valor de la educación como una herramienta de movilidad social, y su pasión sirve como luz en las noches más oscuras. Por su dedicación y arduo esfuerzo, Lorena Agüero rinde homenaje a estos estudiantes, reconociendo su importancia dentro del sistema educativo y expresando su admiración por su capacidad de transformar sus vidas y las de sus familias mediante el estudio.
