Recientemente, la autoridad sanitaria en España lanzó una fuerte advertencia sobre el alarmante aumento de productos para adelgazar que se adquieren en el comercio ilegal, lo cual está teniendo serias consecuencias en la salud de las personas. En Chile, lamentablemente, la situación no es muy diferente, ya que de manera periódica, diversas autoridades e instituciones, incluyendo la autoridad sanitaria, las aduanas y el Servicio Nacional del Consumidor (Sernac), han denunciado la venta ilegal de estos productos. Estos productos, frecuentemente accesibles a través de canales no regulados, representan una amenaza significativa para la salud pública, destacando la urgencia de abordar esta problemática desde una perspectiva consensuada y coordinada.
En la actualidad, no existe una fórmula mágica para perder peso sin considerar sus efectos secundarios, especialmente si el proceso no es supervisado por un equipo de salud competente y utiliza productos aprobados por la autoridad sanitaria. Muchos de estos productos incluyen compuestos tanto naturales como sintéticos que prometen resultados rápidos, como quemadores de grasa o supresores del apetito. Sin embargo, el uso inapropiado de estas sustancias puede resultar dañino, agravando condiciones preexistentes como la hipertensión o la diabetes, aumentando la presión arterial o los niveles de glicemia a niveles peligrosos, y, en algunos casos, llevando a descompensaciones severas que requieren atención médica de urgencia.
Los peligros inherentes al uso de productos que se comercializan como «naturales» no deben ser subestimados. Por ejemplo, el agua de Jamaica, famosa por su efecto diurético, puede inducir la ilusión de una pérdida de peso rápida, a costa de la deshidratación y el daño potencial a los riñones. Por otro lado, la sibutramina, una sustancia cuya estructura química es similar a las anfetaminas, corre el riesgo de provocar efectos neurotóxicos o cardiotóxicos si se utiliza en forma incorrecta. Otro compuesto alarmante que ha encontrado su camino hacia el mercado ilegal es el semaglutide, un medicamento originalmente destinado al tratamiento de la diabetes, que ha sido promovido por ciertos influencers como solución mágica para la pérdida de peso.
Es fundamental que los consumidores se mantengan alerta ante las estafas en el comercio ilegal, donde la calidad y autenticidad de los productos nunca están garantizadas. Al adquirir medicamentos o suplementos fuera de un canal formal, como farmacias reguladas, se corre el riesgo de recibir productos que no solo son ineficaces, sino que pueden incluso perjudicar gravemente la salud. Las noticias sobre personas que han lamentablemente perdido la vida tras consumir estos productos subrayan la gravedad de la situación y la necesidad de una regulación más estricta en el mercado de suplementos y medicamentos para perder peso.
Finalmente, un claro mensaje es el llamado a consultar con profesionales de la salud, como médicos y químicos farmacéuticos, antes de considerar el uso de cualquier producto para la pérdida de peso. Estas consultas no solo ayudarán a evitar complicaciones indeseadas y malos ratos, sino que también jugarán un papel crucial en la protección de la salud de las personas. La educación y la asesoría profesional son las mejores herramientas para enfrentar la tentación de soluciones rápidas que pueden tener efectos catastróficos en el bienestar físico y mental de los individuos.





